martes, 28 de enero de 2014

kyousogiga —Mi familia es mi mundo—


Capítulos: 1 (resumen de los capítulos de internet, denominado capítulo 0)+10+2 (detrás de cámaras, denominados X.5 dónde X es el capítulo al que preceden)
Género: Seinen
Impresión: Magnífico. Desde que inicié este blog, a lo mucho han sido tres series las que han superado todas mis expectativas por mucho y me han capturado completamente como audiencia, que me han enredado en sus misterios y atrapado en sus personajes pero kyosogiga es una serie que lo ha hecho todo muy bien.



¿Qué puedo decir de kyousogiga para iniciar? El nombre puede traducirse a confusión capital o capitalmania (cómo lo han adaptado muchos fansubs) y es una historia difícil de describir en pocas palabras o de dar una sinopsis que le haga justicia sin soltar demasiados spoilers o contar todo el primer capítulo; es una serie que debes experimentar por tu cuenta y que valdrá cada segundo que le dediques pero al mismo tiempo, ver la serie solo es la mitad de la diversión pues su estructura es tan infranqueable e intimidante que probablemente debas repetir al menos los primeros capítulos, quizá investigar un poco de budismo y fijarte en todos los detalles si quieres absorber todo lo que tiene esta serie para ofrecer.

Kyousogiga es una serie de dos capítulos emitidos solamente por internet en el 2011 y posteriormente salieron minicapítulos detallando el pasado de los personajes pero cabe recalcar que absolutamente todo eso ha sido engarzado en los diez capítulos del anime y pro tanto no es necesario para la comprensión y, de hecho, recomiendo omitirlo de ser posible para llegar en blanco y quizá evitar más confusión aún.

Para describir kyousogiga, desgraciadamente, debo explicar todo el capítulo uno pero espero que esto haga más fácil su entrada a esta grandiosa serie: Cuenta la historia de un monje budista con la capacidad de convertir todo lo que dibuja en realidad y por eso la sociedad le teme, pensando que tiene un trato con los demonios. En su soledad dibuja un mundo inspirado en kyoto (que significa ciudad capital con su escritura común pero que se escribe como «ciudad espejo») que va armando sobre su pared y por un simple capricho convierte a un conejo negro en la deidad de ese lugar.

El tiempo pasa y el conejo se enamora de su creador y entonces un dios lo contacta, ofreciéndole un cuerpo humano solo hasta que su amor sea devuelto. Así es como nace Koto la deidad humana esposa del monje Myoe y juntos adoptan un hijo (humano) y le dibujan dos hermanos mayores pero poco a poco la tensión con la sociedad crece y toman la decisión de dejar atrás el mundo y vivir en el dibujo.

Desgraciadamente para esa feliz familia, los dioses reclaman el cuerpo de Koto y el monje parte buscando como salvarla, dejando a su suerte (y bastante tristes) a los tres niños en el mundo perfecto de la ciudad espejo (donde todo lo que se rompe se repara y todo lo muerto revive), cada uno a cargo de un distrito y así pasa el tiempo y ellos administran a su manera la parte de la ciudad que les toco pero un día llega una niña, llamada Koto, que dice estar buscando a un conejo negro que probablemente es su madre y porta un martillo capaz de destruir para siempre cualquier cosa que golpee.

Esta historia definitivamente suena a algo raro y lo es pero sorprendentemente logra que su conflicto sea completamente humano y es entonces un estudio de 10 capítulos de los personajes dedicando 4 capítulos a contar su pasado desde diferentes perspectivas y el resto al clímax, es totalmente empujada por los personajes sin la necesidad de ningún evento fortuito y está planificada extensivamente y así, incluso el segundo capítulo que parece que no es más que relleno, encaja perfectamente dentro del resto. no funcionaría sin un capítulo más ni funcionaría extendida a otro par de capítulos.

Lo complejo de la historia, y lo que de la su clasificación como seinen, es que es una historia que parece peleada con la idea de decir lo que está pasando (más allá de la extensa narración del capítulo 1 y hasta esa tiene un giro), dedicándose a tomar sus giros y las leyes por las que se rige como si fueran lo más natural del mundo y obligándote a ser detallista y desmenuzar hasta el más sencillo de los comentarios o la imagen más simple para comprender que es lo que está pasando. Casi no tiene sangre ni combates pero ese género, para adultos jóvenes, esta más que aprovechado y es más que merecido porque nos presenta un trabajo complejo y profundo que trata temas bastante sombríos y presume cierta curiosidad por parte del espectador.

Visualmente es hermosa, con una apariencia caricaturesca, aún más plana que un shonen pero que permite observar perfectamente las expresiones de los personajes en cada momento y esa es otra de las claves con las que contó su historia la comunicación no visual en una de sus mejores aplicaciones que he visto hasta la fecha.

Musicalmente, es una armonía creada con variaciones, en tono, compás e instrumento de su melodía de apertura (a la que, por cierto, se debe acudir en caso de duda y mirar detenidamente, hay un ligero cambio entre la primera y la segunda mitad).

Los personajes, aún si parecen planos a primera vista, también están hechos con cuidado, trabajados perfectamente para llenar precisamente su papel y no más trabajando constantemente con la meta-ficción a nivel de comparación con historias y mitos de nuestra realidad y posteriormente agrega capas un poco más complejas a la construcción del mundo. No dejo de destacar la comunicación no verbal porque no todo es lo que parece y no es tan sencillo como encontrar a un personaje riéndose diabólicamente para desarmar la historia.

Para acabar con este análisis me gustaría decir que el final, bastante apropiado y quizá igual de confuso, es uno ante el cual me quito el sombrero (Aunque no tengo, pero si tuviera lo haría) porque la moral que tiene, el tono en el que termina y el climax es uno de los mejores climax que he visto en un seinen hasta la fecha y no estoy exagerando, incluso si es totalmente diferente a casi cualquier climax de seinen que se ha visto (más parecido, nuevamente a un shonen) y aunque es un tema que quiero abarcar más allá (en otra publicación) mis pensamientos de los seinen en general creo que es un paso importante el reconocer que hay cosas que puede aprender de otros géneros (así como la admisión del shojo en el shonen, la decada pasada) y que puede mantener su madurez incluso si se atreve a ser infantil, cursi y divertido; se puede ser profundo, sin ser pretencioso, aún cuando se tiene la sutileza de un taladro. La mejor comparación que puedo hacer en cuanto a ese sentido de identidad, más allá de lo que pediría el mercado es Gurren Lagann.

Pero no todo es color de rosa, si no tienes paciencia no debes ver esta serie, el climax quizá le genere diabetes aquellos que esperaban otra clase de final con mayor importancia o sientan que no resuelve nada o que todo el conflicto no resulto ser más que una perdida de tiempo pero mi recomendación para la serie es verla y entenderla quizá no con frialdad si no de una manera más cálida. Nuevamente, creo que compararla con Gurren Lagann, NHK o FLCL es lo más adecuado. Es una serie que, para analizarse, debe sentirse.

Nota al pie:
Esta serie o Steins;Gate estrenaran una nueva sección en el blog que involucre un análisis más profundo y explicación de la estructura de la historia, su simbolismo, intencionalidad y todas esas otras pequeñas cosas de las que me encantaría hablar en reviews normales pero implicarían que el review perdiera sentido pero antes debo publicar mi top 10 (razón por la que apuré el review de esta serie por sobre otras) y otras secciones un poco más informativas, analíticas o quizá más llenas de mi opinión.

¿Por qué el cambio de material? Porque dicho sin tacto: Recientemente han aumentado el número de series que salen cada temporada pero ha disminuido el número de ideas que hay en cada temporada; esto significa que la mayoría de las series que salen si bien no son malas per se podrían ser descritas como mediocres o no llaman mi atención. No es que esté buscando arte en el lugar equivocado (Aunque a veces la encuentre), ni es que me haya hartado de ver series (si me hartara, entonces dejaría de leer, ver tele, ir al cine o escuchar música. No creo que sea posible de llenarse de historias) pero creo que es más valioso apreciar todo aquello que creo que merezca ser apreciado y llevar a la vista toda la genialidad que insertan los autores en sus obras que hacer una review sin mucho animo porque no hay mucho que decir al respecto.

El lado bueno es que probablemente regrese a series anteriores a las que no les dí la oportunidad, termine todas las recomendaciones y acepto nuevas recomendaciones...aunque igual, no es como si tenga muchos lectores. Gracias a todos los que me leen silenciosamente y a aquellos que arrastro hasta aquí a la fuerza, es genial tener dónde delirar.

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